Los girasoles
Hace días que los girasoles que plantó mamá en mi jardín me tienen aterrado. Cuanto más los corto, más crecen, se han multiplicado y ahora rodean toda la casa. Sus cabezas amarillas me espían por las ventanas y sus largos tallos tapan la puerta del jardín si intento huir. Se han colado por las tuberías y me han dejado sin electricidad. No tengo escapatoria. Solo me queda confesar en esta nota que no me arrepiento de haber matado a mamá. Únicamente siento haberla enterrado bajo sus girasoles.
Sonia Serna San Miguel
(Segovia, enero 2025)
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